Artículos de Literatura Infantil
ENTRE EL JUGAR Y EL APRENDER: LOS CUENTOS AYUDAN A CRECER
Ana María Salazar
Psicopedagoga y Profesora en psicopedagogía
El inicio de la escolarización marca un camino fundamental en la vida del niño, de su familia y de la sociedad en general. Los cuentos son un puente que facilitan este ingreso al mundo de la educación formal.
El ingreso a primer grado marca un momento de gran trascendencia tanto para el niño como para los padres que acompañan este proceso. Para muchos niños ello marca el ingreso a la escolaridad formal y el primer contacto del niño con una institución fuera de la familia. Para quienes ya tuvieron la experiencia del jardín de infantes también marca un cambio importante, ya que se suele asignar a este nivel ciertas particularidades como la de estimular a los niños para que estén bien preparados, tanto en lo que refiere a lo intelectual (contenidos específicos en comunicación, matemática, etc.) como en lo referente a lo social y afectivo.
Los docentes se encuentran cada año ante un nuevo desafío, recibiendo un grupo diferente con características particulares. Entonces se preguntan: ¿cómo será este grupo?, ¿todos estarán preparados para aprender?, ¿cómo será el grupo de padres?, ¿qué ansiedades y miedos traerán los padres y los niños? ¿Podré enseñarle jugando?... Permanecer en espacios desconocidos y por tanto no seguros, implica para el niño, reconocer nuevos criterios de adaptación:
Conocer a otros adultos y a otros iguales.
Frente a estos factores, los niños durante los dos o tres primeros meses del año escolar, viven el trauma de la adaptación al nuevo sistema En este tiempo aún prefieren jugar, saltar, correr, rodar por el piso, ir constantemente al baño, llorar y que les lean un cuento .Prevalece en ellos el esquema actitudinal propio del preescolar. La complicación viene, precisamente, en que el docente primero debe controlar el efecto que provocan estas emociones desbordadas, para después avanzar en la enseñanza de contenidos, conocimientos y experiencias nuevas, vinculadas siempre a sus previas experiencias (aprendizaje significativo).
El docente tendrá como desafío, planificar actividades lúdicas dirigidas y asociadas a los contenidos programáticos exigidos. El juego permite establecer formas de aprendizaje y de desarrollo no sólo de conocimientos sino también de profundizar en el aprendizaje social, cognitivo y experiencial. La lectura de cuentos, posibilitará la construcción de un pensamiento imaginativo, que se verá luego reflejado en el modo de operar cognitivamente que tendrán cada niño. Las historias que se elijan y cuenten, deben aportar elementos constructivos a la personalidad del niño .Deben enseñarles a resolver sus problemas para crear una sensación de autoestima segura, que los libere de toda ansiedad, además de brindarles oportunidades para que manifieste su talento. Escuchar y vivenciar historias, ayuda también, a considerar objetivamente su propia persona y sus problemas, es decir, hacerle comprender que es miembro de un mundo muy grande que no gira precisamente en torno a él, de forma que vea los problemas en su verdadera perspectiva y trabajar así la elaboración del egocentrismo evolutivo, característico de esta edad.
Lo más importante a la hora de proponer un cuento a los escolares, radica en tener en cuenta el interés y deseo de los pequeños. Cuando se pide a los niños que revelen sus intereses lúdicos, no solo mencionan las cosas que les gusta hacer, sino que muchos de ellos, si les da la oportunidad, declaran también que les aburren muchas cosas que se supone (desde el adulto) les interesan. Vale recordar las palabras de John Dewey (filosofo educacional), cuando expresa:”el docente plantea: “esto es lo que quiero enseñarle a un niño… ¿cómo se lo hago interesante? Es justo al revés el planteamiento: ¿Qué le interesa al niño y cómo lo uso yo para enseñarle lo que necesitará aprender?”
El cuento puede ser utilizado en variadas formas: fabulas, cuentos para inventar finales (ayuda a lograr la anticipación, como elemento disparador de la reversibilidad del pensamiento), historias de vida, etc.
El espacio y tiempo de la lectura, lejos de representar una pérdida de tiempo, posibilita a los niños que inician su escolaridad:
Descubrir el gusto por aprender
Respetar normas, y aceptar las diferencias
Relajarse y disfrutar del relato o bien animarse a producir una historia propia.
La idea queda instaurada entonces: Lograr que los educadores puedan aprender más sobre el uso de los cuentos en el espacio del aula, y de este modo además emocionante el aprendizaje de sus alumnos. Porque el aprendizaje y el entretenimiento ya no deber ser vistos ni abordados, como dos actividades separadas.
Psp. Ana María Salazar
Psicopedagoga y Profesora en psicopedagogía